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Se trata de una duda muy común y natural entre quienes participan por primera vez, ¡pero no se preocupe! Los niños y adolescentes a veces llegan con una actitud menos positiva, ya que la perspectiva de pasar una o dos semanas de las vacaciones escolares aprendiendo francés, alemán e inglés comprensiblemente no suena muy atractiva. Pero en casi todos los casos, bastan unos días para que se adapten y se den cuenta de lo divertidos que son el entorno y las actividades, y al final, ¡nadie quiere irse!